Un alma encadenada dentro de un cuerpo frágil,
una mente a punto de reventar en una cabeza que no la soporta más,
No encuentra salida más que la eternidad,
fundido en una oscura niebla que ciega toda razón,
no encuentra escapatoria al destino que se ha forjado.
Ciego, Sordo, Mudo, Inerte se ha convertido aquel cuerpo,
Monótona, gris, triste, sola su alma ha quedado.
Cada dios se juega su suerte,
se rifan su destino,
los hilos que ataban sus manos se rompieron,
los hilos que ataban sus pies se enredaron en su torso,
ya no camina, ya no duerme, ya no piensa,
se sumió en un letargo del cual no cree despertar.
Otra temporada en el purgatorio.
Una más... Otra más...
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